Por Milos Alcalay

La propuesta de una Televisora Regional como vehiculo comunicacional para la integración en un contexto democrático y pluralista que respete la especificidad de cada uno de los países, existe en la agenda Latinoamérica desde hace más de tres décadas. Antonio Pasquali recordó recientemente que el desafió propuesto era crear un medio que “sea independiente tanto de los medios comerciales como de la propaganda oficial”

Pero el proyecto Bolivariano está orientado a asegurar un modelo diametralmente distinto al propuesto, ya que lo que procura es un instrumento ideológico para la exportación de su revolución.

Para promover su objetivo, reunió en el Teatro Teresa Carreño a una inmensa pléyade de periodistas, cineastas, y dirigentes políticos provenientes de todo el planeta, que son los mismos visitantes de siempre, a quienes el Gobierno Bolivariano invita a cuanto foro realiza, sea de intelectuales, de ideólogos o de estrategas. Son ellos los representantes de una vieja izquierda latinoamericana como Ernesto Cardenal, o anti-americanistas, como Ignacio Ramonet que repiten una y otra vez sus propuestas superadas por los eventos internacionales.

En una prolongadísima presentación cedida por el espacio “Alo Presidente”, el Ministro de Información, quien en ese momento era simultáneamente el Presidente del órgano periodístico “independiente”, presentó la nueva Televisora Regional como un instrumento anti-imperialista, que apunta difundir desde Caracas, “la concreción del ideal Bolivariano”

Seguramente el mismo Presidente hubiera querido ser el anfitrión del gran lanzamiento, pero ante las criticas de algunos Jefes de Estado Andinos reunidos recientemente en Lima –a pesar de su activa participación en el acto inaugural-prudentemente decidió no ser el presentador oficial de la “niña bonita de América Latina”.

El proyecto Telesur se presentó de manera tan excluyente, que hasta los admiradores del proceso lo cuestionaron públicamente. El artista americano Dany Clover se quejó de que a pesar del inmenso numero de integrantes del Consejo Asesor , no se incluyeran a exponentes afro-latinoamericanos, ni a representantes indígenas, ni a un número representativo de mujeres, ni de jóvenes, demostrando la ausencia de un apego a la “democracia participativa” que tanto se pregona.

El cineasta Tarik Ali al actuar como vocero del Consejo Asesor durante la cena ofrecida por el Presidente Chávez, insistió en la lógica necesidad de mantener una absoluta separación entre el Gobierno y Telesur, lo que obligó al Ministro de Información a presentar su renuncia al cargo después de ese encuentro.

Ante los traspiés iniciales dados por TELESUR, se utilizó el mismo péndulo de contradicciones que le permite al Gobierno oscilar entre la posición de heroísmo revolucionario para replegarse -cuando le interesa- hasta aparentar un apego al pluralismo Pero los venezolanos ya sabemos que la nueva tribuna ni estará abierta a la disidencia ni dejará de proyectar las bases de exportar las bondades de la “Revolución Bolivariana”. Vana esperanza la de los asesores, ya que resultará inútil transformar el cantinflérico slogan “Nuestro Norte es el Sur” para convertirlo en “Nuestro Norte es el Pluralismo y la verdad”