El caudillo venezolano comienza hoy su tercer mandato consecutivo con un discurso más radical

Ángel Sastre

Buenos Aires- Los anteriores ocho años fueron de calentamiento. Hugo Chávez, presidente de Venezuela desde 1999, inicia hoy un nuevo mandato con la declarada voluntad de poner rumbo al socialismo tras dos convulsas legislaturas en las que edificó un escenario a su medida con su particular visión del mundo. Con una creciente e ilimitada concentración de poder en sus manos, Chávez planea erigirse en el líder único prácticamente sin cortapisas, desplazando a los últimos dirigentes del proceso que mantenían un peso específico, una voz propia y un talante negociador, como el ex vicepresidente José Vicente Rangel.
A imagen y semejanza de Cuba, la responsabilidad de ser el segundo hombre más poderoso del régimen recaerá en Adán Chávez, hermano mayor del presidente considerado figura clave en la organización del nuevo partido socialista único, que sustituirá el sistema multipartidista que integraba la coalición oficialista.
El reelecto presidente pretende perpetuarse en el poder con su «Socialismo del Siglo XXI» mediante una reforma en la Carta Magna que le permitiría su reelección indefinida. Según afirmó a LA RAZÓN el abogado y ex catedrático Manuel Malaver, el jefe de Estado buscará desarrollar las bases para «hacer vitalicia su dictadura». «No es peregrino vaticinar que el esfuerzo de Chávez y sus grupos por continuar un experimento [político] no busca otra cosa que hacer vitalicia su dictadura so pretexto de luchar por la redención de los pobres», enfatizó.
Además, los medios de comunicación serán un blanco preferencial en esta nueva etapa del proyecto chavista. El caso más sonado es el de Radio Caracas Televisión (RCTV), el canal de televisión más antiguo del país, cuya concesión vence en mayo próximo y no le será renovada, anunció el propio Chávez.
A este respecto el controvertido presidente también censuró a la jerarquía de la Iglesia católica, que esta semana defendió la libertad de prensa y criticó el cierre de canales. «Creo que están expuestos a que Cristo los condene y, además, están perdiendo buena parte del respeto que los venezolanos les tenemos y sobre todo los católicos como yo», planteó.
Por otro lado, a efectos prácticos, la vía al socialismo implicará en el comienzo del nuevo Gobierno la nacionalización de empresas que fueron privatizadas a principios de los noventa y de otras que, siendo privadas en su origen, controlan sectores que Chávez considera «estratégicos» para la soberanía y la seguridad del país. Es el caso de la Compañía Anónima Nacional Teléfonos de Venezuela (Cantv), privatizada en 1991 -de la que Telefónica posee un 6%-, de empresas generadoras y proveedoras de electricidad y de algunas áreas manejadas por multinacionales del petróleo en la Faja del Orinoco. Cantv es la mayor empresa privada de Venezuela y cuenta con la infraestructura de telecomunicaciones más consolidada. Su volumen de negocios sólo lo supera el grupo estatal Petróleos de Venezuela SA (Pdvsa). Las acciones de la compañía venezolana cayeron ayer un 30% de su valor en la Bolsa de Nueva York tras el anuncio de Chávez.
Ante las intenciones del caudillo venezolano, Estados Unidos respondió ayer con severas críticas y pidió compensaciones para las empresas estadounidenses que puedan verse afectadas. «Si resultan perjudicadas nuestras compañías, esperamos que sean compensadas rápida y justamente», declaró el portavoz del Consejo de Seguridad Nacional, Gordon Johndroe.

México «perdona» a Venezuela

A unas horas de que el presidente Felipe Calderón viaje a Managua para asistir a la toma de posesión de Daniel Ortega, la Cancillería mexicana ha anunciado que ha iniciado ya los contactos con el Gobierno de Venezuela para superar las diferencias diplomáticas entre ambos países. En noviembre pasado, México retiró a su embajador en Caracas y Venezuela hizo lo mismo con el suyo en la capital mexicana, quedando desde entonces como representantes sus encargados de negocios. Víctor Avilés, portavoz de Exteriores mexicano, informó de que funcionarios de la Cancillería han establecido contacto con responsables venezolanos, comprometiéndose ambas partes a regularizar las relaciones bilaterales. El anuncio se realizó el mismo día en que Hugo Chávez adelantó que tratará de nacionalizar las empresas del sector eléctrico y de telecomunicaciones. Las diferencias se iniciaron el año pasado al término de la Cumbre de las Américas, celebrada en Argentina, cuando Chávez arremetió contra el entonces presidente de México, Vicente Fox, por su «entreguismo» a EE UU, informa Felipe Jiménez.