 Diario Las Americas Ejército de Maduro toma las calles de Venezuela 3.000 militares patrullan para luchar contra el hampa mientras organizaciones alertan de su poco respeto a los DDHH y de la posible represión contra la oposición POR DANIEL LOZANO
CARACAS.- “El ejército de libertadores, el ejército de Chávez, ya no va a salir como el 27 de febrero (el histórico Caracazo de 1989), cuando la burguesía mandó masacrar al pueblo. Ahora va a salir a protegerlo”. Nicolás Maduro pone en marcha el lunes su polémico y populista plan Patria Segura, que también tiene un objetivo político: Henrique Capriles. Al mando del plan número 20 del chavismo, tras los 19 fracasos anteriores, estará el general Miguel Rodríguez Torres, encargado de organizar a 3.000 militares para que vigilen las calles de dos municipios y tres parroquias de Caracas. La orden: combatir la violencia salvaje que desangra Venezuela. Una violencia cruel que da para escribir una novela de terror todos los días y que Maduro resume con sus palabras: “Un problema muy complejo que amerita mucho trabajo”. En 2013 ya han caído asesinados 31 policías en el Gran Caracas. Rodríguez Torres, nuevo ministro de Seguridad, hasta hace pocos días encargado de espiar a opositores y periodistas desde la dirección del Servicio Bolivariano de Información (Sebin), tiene ante sí un reto mayúsculo. Sólo en los tres primeros meses, el Gobierno se vio obligado a reconocer que Venezuela sufrió 3.400 homicidios, superando los récords históricos del 2012. Una de las formas de lucha del chavismo contra la violencia es ocultando las cifras verdaderas. Tarea complicada cuando enfrente tiene a organizaciones como el Observatorio Venezolano de la Violencia (OVV). Sus cálculos elevan a más de 21.000 las personas asesinadas el año pasado, pese a que el gobierno sólo reconoce 16.000. Provea, organización de derechos humanos de corte progresista, otro hueso duro de roer para el chavismo, les ha puesto de acuerdo: “Si a los reconocidos por el gobierno se les suma los correspondientes a enfrentamientos y resistencia a la autoridad, el total asciende a 23.000, entre ellos 155 policías en todo el país”. Ésta es la Venezuela que se encontrarán los efectivos militares que desde hoy se desplieguen en Sucre y Baruta (Miranda) y Antímano, El Recreo y Catia (Caracas), una medida populista aplaudida en la calle, pero criticada por ongs y la oposición. La Guardia Nacional Bolivariana (GNB), cuyo componente es militar, ya recorre las calles. Pero con el nuevo plan, del que se desconocen casi todos los detalles, también se pretende sumar a efectivos de las Fuerza Armada Nacional Bolivariana (FANB). “Por su formación militar, las FANB no están capacitadas para ejercer labores de seguridad ciudadana y desplazar a las policías, que si están formadas”, asegura Liliana Ortega, directora de la ONG Cofavic (Comité de Familiares de las Víctimas de los sucesos ocurridos entre el 27 de febrero y los primeros días de marzo de 1989). La Cidh y la ONU también se declaran contrarias a tales medidas. Los expertos en seguridad también critican una medida efectista que al ser parcial trasladaría a los malandros (delincuentes) de unas zonas a otras de la ciudad. Marino Alvarado, coordinador general de Provea, airea sus propios temores: “Constituye un gran riesgo” y amenaza con frenar “cualquier manifestación cívica política que procure la exigencia y protección de las garantías del Estado”. Provea aporta un dato que, de entrada, asusta: la GNB y el ejército están involucrados en el 44% de los casos de tortura atribuidos a cuerpos de seguridad del estado en 2012. Se trataría, según el informe anual de la organización, de cuatro de los 18 casos, que afectaron a 42 personas, al margen de 24 violaciones al derecho de la integridad personal. Durante el chavismo, Provea ha investigado 300 casos de militares involucrados en violaciones de derechos humanos. “Esta situación evidencia la falta de preparación que tienen los funcionarios de la GNB para actividades de control y seguridad ciudadana”, concluye Alvarado. La medida de Maduro encierra, además, un claro componente político. “Para el gobierno sólo existe inseguridad en el estado de Miranda”, se quejó su gobernador, Henrique Capriles. “El problema de la violencia sí se puede resolver, pero no con politiquerías”, añadió. Tal y como le sucede con los cálculos económicos, Maduro yerra con las cifras: Sucre y Baruta (opositores) no son los municipios más peligrosos del país, como sostiene. A la cabeza se sitúa Caracas, municipio Libertador, que en los primeros cuatro meses del año ya contabilizaba más de 700 homicidios. Sólo el sábado la morgue recibió 11 cuerpos de personas asesinadas en el municipio que preside Jorge Rodríguez, el jefe de campaña de Maduro. El oficialismo intenta culpar a Capriles y a los alcaldes opositores de los problemas de seguridad que padece todo el país, pese a que el estado central tiene asumidas casi todas las competencias. Desde el Palacio de Miraflores también se han recortado fondos una y otra vez, lo que impide a las otras administraciones enfrentarse al hampa en mejores condiciones que las actuales. Incluso Maduro fue más allá al adelantar que “vamos a depurar a la policía de Miranda (que es de la gobernación)”. http://www.diariolasamericas.com/noticia/156265/ejercito-de-maduro-toma-las-calles-de-venezuela |
