Gato-Briceño

diciembre 1, 2014 10:33 pm

Un grupo de venezolanos exiliados en Costa Rica –considerados como enemigos por el régimen de Nicolás Maduro– se encuentran en estado de alerta ante informaciones de que Caracas envió un equipo a San José para secuestrar a los más prominentes de ellos y llevarlos de regreso al país sudamericano, dijo el ex gobernador del estado Monagas, José Gregorio Briceño.

La información proviene directamente de fuentes internas del régimen que alertaron a los exiliados que se habían convertido en blanco de un equipo especial conformado para secuestrarlos.

“A mí me alertaron de que yo era una de las cabezas que estaban buscando, y que pretendían hacerme una especie de secuestro para pasarme al lado de Nicaragua, para luego decir allí que fue fueron las propias autoridades las que me detuvieron”, dijo Briceño en una entrevista telefónica con el Nuevo Herald.

“El equipo llegó a Costa Rica, presentándose como parte de un equipo de avanzada para la visita que Maduro”, agregó el gobernador, conocido en Venezuela como el ‘Gato Briceño’.

Otros exiliados venezolanos están en la lista de posibles blancos del equipo de secuestradores, compuesto principalmente por agentes del Servicio Bolivariano de Inteligencia (Sebin), dijo Briceño, un ex gobernador chavista que cayó en desgracia en el 2012 por negarse a cumplir una orden del gobierno central.

Ahora la justicia chavista lo busca por corrupción.

Maduro tiene previsto visitar Costa Rica en la segunda mitad de enero para participar en la próxima cumbre de la Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños (Celac).

Una fuente de inteligencia consultada por el Nuevo Herald corroboró la información.

“Fueron a Costa Rica con la cubierta de ser los de avanzada de la visita presidencial, del 27 de enero”, dijo la fuente que habló bajo condición de anonimato.

Los equipos de avanzada, usuales para eventos presidenciales como el que se realizará en Costa Rica, por lo general están conformados por agentes de inteligencia o de seguridad que llegan meses antes para evaluar el clima político del país y qué medidas se deben adoptar para la seguridad del jefe de Estado y de las delegaciones.

Pero no todo el equipo de avanzada que llegó a Costa Rica estaba evaluando la seguridad de los hoteles.

“Con este grupo llegó otro bajo la cubierta de la avanzada, pero que tenía la tarea de ubicar a la mayoría de los que están en Costa Rica como refugiados políticos, pero con hincapié en el Gato Briceño, a quien quieren convertir en un trofeo”, agregó la fuente que pidió el anonimato.

Briceño, quien mantiene una enemistad con el presidente de la Asamblea Nacional, Diosdado Cabello, dijo que esta no es la primera vez que el régimen chavista prepara una operación de secuestro en el exterior.

“Ellos pretenden hacer lo mismo que hizo [Hugo] Chávez, cuando estaba vivo, que se llevaron a la fuerza uno de los blancos que querían en Panamá”, dijo Briceño, en referencia al empresario venezolano Gustavo Arráiz, quien fue secuestrado en ese país en el 2007 y luego transportado a Venezuela, donde pasó ocho años preso.

Pero el de Arráiz no fue el único plan de secuestro organizado por el chavismo en el exterior, dijo otra de las fuentes consultadas.

Durante los últimos años de Chávez, el entonces jefe de la Dirección de Inteligencia Militar preparó un plan para secuestrar también en Panamá a un importante dirigente sindical y a un banquero venezolano, con el deseo de otorgárselos como trofeos a un gobernante ya bastante enfermo, dijo la fuente.

En Perú se orquestaron operaciones similares para tratar de apresar a otro ex gobernador venezolano.

El enfrentamiento entre Cabello y Briceño es bien conocido en Venezuela y se deriva de los deseos del actual presidente de la Asamblea Nacional de colocar a su hermano como gobernador de Monagas.

“Colocar al hermano de Diosdado, José David, en la gobernación del estado era uno de los sueños de su mamá, cuando ésta estaba con vida”, comentó Briceño antes de agregar que Cabello emprendía constantes campañas de intrigas contra él para desacreditarlo ante los ojos de Chávez.

Pero fue después del derrame petrolero en el Rio Guarapiche que Briceño cayó en desgracia con el chavismo.

El gobernador se convirtió en blanco del gobierno después que se negó a participar en una operación para tratar de ocultar que el sistema de agua potable del estado corría peligro por uno de los peores derrames petroleros en la historia del país.

El derrame, en el que unos 100,000 barriles de crudo fueron vertidos al Río Guarapiche, la principal fuente de agua de Maturín, la capital del estado, obligó al gobernador a cerrar la planta potabilizadora para protegerla, pese a las intensas presiones ejercidas en ese entonces por la estatal Petróleos de Venezuela (PDVSA) y el Ministerio de Energía y Petróleo para que la mantuviera operando.

El cierre de la planta generó serios problemas de abastecimiento de agua para Maturín, con una poblción de más de 500,000 personas, pero la medida era necesaria ante el riesgo que representaba el derrame, dijo Briceño.

Esas presiones fueron ejercidas, según Briceño, en un intento irresponsablemente peligroso del gobierno por tratar de ocultar el derrame, y la negativa del gobernador de formar parte del juego es la razón por la que se convirtió en blanco del gobierno, señaló.