Junio 13, 2017.- Los vecinos del lugar se quejan de que esos días trabajan menos unidades de transporte, lo que les genera fuertes retrasos. Los grupos de choque salen en motos a dispersar a las personas que intenten protestar cerca del ente judicial.

Caracas. Este lunes, los accesos y las calles cercanas al Tribunal Supremo de Justicia (TSJ) estaban fuertemente custodiados por militares y sus murciélagos y tanquetas, luego de que la Mesa de la Unidad Democrática (MUD) convocara a la ciudadanía a protestar en el máximo juzgado.

El ente judicial está ubicado en un punto de la ciudad que colinda con varios conjuntos residenciales, barrios, liceos, colegios, una iglesia, una universidad, el acceso a la avenida Boyacá (Cota Mil), avenida Baralt y zonas populares como La Pastora, San José, Mecedores y El Retiro. Los vecinos de estos sectores han vivido el mismo escenario militarizado varias veces desde que iniciaron las protestas en el país.

Dicen que hace más de dos meses hay espacios en donde los funcionarios de la Guardia Nacional Bolivariana (GNB) están día y noche, pero son más numerosos cuando las convocatorias de las manifestaciones son exclusivas para marchar al TSJ.

“No es posible que ni siquiera nos dejen bajar a pie. Necesitamos pasar y los GNB no nos dejaron. Cerraron el paso casi que desde la madrugada”, dijo un mujer que vive en la zona. Prefirió no revelar su identidad.

Desde la esquina donde está ubicado el Conjunto Residencial San José del Ávila, hasta abajo en la esquina El Guanábano no estaba permitido el tránsito vehicular ni peatonal, a menos que este último contara con el acompañamiento de los efectivos. Incluso usaban el camión de la Guardia para este fin.

La línea de camionetas San José-El Silencio, tiene dos rutas (Cotiza – San Agustín y Mecedores – San Agustín) y ambas cruzan por el lugar que este lunes estaba custodiado. “Hoy tuvimos que buscar rutas alternas para movilizar a los usuarios. Nos metíamos por la primera calle de El Retiro, luego como si fuéramos a la avenida Panteón pero seguíamos de largo hacia el Ministerio de Educación y ahí caíamos a la esquina de Balconcito en la avenida Baralt”, informó uno de los fiscales de esa línea que tiene su última parada ubicada en Mecedores.

Ofrecen el servicio desde las 4:30 a. m. hasta las 10:0 p. m, y aunque su flota sobrepasa las 100 unidades —de las que solo entre 25 y 30 trabajan a diario—, este 12 de junio apenas 13 autobuses estaban operativos para la jornada. El fiscal sostuvo que desde temprano hubo personas que no esperaron las pocas unidades disponibles y prefirieron bajar a pie.

En La Pastora, quienes más sufrieron la tranca frente al TSJ fueron las personas que viven en Puerta Caracas y El Polvorín. María Suárez —nombre ficticio— este lunes a las 12: 30 m. esperaba una camioneta que la trasladara hasta la avenida Baralt. A esa hora, los milicianos ya habían quitado del medio de las calles los murciélagos y sus escudos.

“Voy a ver si llega una camioneta y me voy al trabajo, si no tengo que llamar y decirles que no pude bajar”, dice la mujer que vive en la primera calle de El Polvorín, y que esperó  en vano durante varios minutos la unidad que se para en la plaza de ese sector.

Mientras el equipo de Crónica.Uno estuvo en el lugar, no pudo verificar si las líneas no trabajaron por las vías cerradas ni porqué acataron el paro de transporte, que se cumplió en algunas zonas de Caracas.

Cuando hay manifestaciones y convocatorias al TSJ no solo sufren las limitaciones para transitar por el lugar, los vecinos dicen que los grupos de choque andan en motos, con pistolas en la cintura, a sus anchas por las calles. Y según Margarita Arévalo, residente del lugar, la Guardia no les dice ni pío, tampoco les limita el paso.

Desde el Conjunto Residencial San José del Ávila se observa el TSJ. La entrada de la urbanización está ubicada dentro del territorio que era controlado por la GNB, y este 12 de junio varios habitantes decidieron apegarse a la convocatoria de la MUD y protestar, así como lo hizo otro grupo de gente en la esquina de El Guanábano al borde del piquete.

Una mujer que vive ahí contó que una caravana de motorizados bajó desde el sector El Retiro y vio la protesta, que tenía su réplica al frente en una zona llamada Sabana del Blanco.

“Los colectivos se pararon y nos gritaban para que dejáramos de protestar, y como no lo hicimos lanzaron un Bin Laden, o no sé qué era pero sonó durísimo cuando explotó y reventó el vidrio” (sic), dijo la señora señalando a la garita de vigilancia de la residencia que tenía un hueco al frente, y añadió que las esquirlas de la explosión hirieron a otra mujer en la cabeza.

Restricciones de transporte, amenazas de los colectivos y el feroz control del lugar por parte de los cuerpos de seguridad encargados de custodiar la zona, es con lo que deben lidiar desde bien temprano hasta que la GNB decida mover los murciélagos y piquetes de la calle.

Cuando hay marcha al TSJ la GNB y grupos armados controlan sus alrededores

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