Junio 09, 2017.- Durante dos años consecutivos la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y Agricultura (FAO) elogió las labores del gobierno venezolano en materia de distribución de alimentos. Entonces, las felicitaciones fueron recibidas con bombos y platillos desde las altas esferas del Ejecutivo Nacional, pero ¿era merecido el reconocimiento?

Mientras el país sufría los embates de una escasez galopante, evidente por las largas colas de personas en abastos y supermercados en busca de comida, la FAO congratulaba en 2015 a Venezuela por haber cumplido el reto “Hambre Cero”. Y aunque esta situación se repetiría en 2016, cuando el mismo organismo elogió al Gobierno de Nicolás Maduro por “crear el mejor sistema de distribución” de alimentos, la crisis venezolana no parecía concordar con el informe del organismo internacional.

Los mismos datos económicos arrojados tras el cierre del último período dejan en entre dicho a la FAO. Venezuela concluiría ese año con una inflación de 799,99% y una contracción de 18,6%, la peor en 13 años, de acuerdo con datos filtrados del Banco Central de Venezuela (BCV) por la agencia Reuters.

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Lo que obvió la FAO

Este 2017 tampoco parece ser un año para felicitar al Gobierno de Maduro en esta materia. El último reporte de la organización detalló la situación venezolana a partir de la data correspondiente entre 2009 y 2012 en materia de salud y desnutrición.

El informe causó malestar de organismo como el Observatorio Venezolano de la Salud (OVS), el Centro de Estudios del Desarrollo (Cendes) de la Universidad Central de Venezuela, la Fundación Bengoa para la Alimentación y Nutrición, la Fundación 5 al día, el Colegio de Nutricionistas y Dietistas de Venezuela y el Centro de Investigaciones Agro-Alimentarias de la Universidad de Los Andes (CIAAL), quienes manifestaron que el texto carecía de información importante, real y verídica sobre la actual crisis criolla.

Y es que los datos que sí parecen mostrar en su totalidad a la verdadera cara del problema alimentario venezolano son los mostrados por estas organizaciones.

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Un estudio de prevalencia en seis ciudades del país (Caracas, Maracaibo, Cumaná, Barquisimeto, Mérida y Valencia), mediante datos aportados por especialistas de desnutrición a través de las redes de la Sociedad Venezolana de Puericultura y Pediatría, reportó que 80% de los niños menores de cinco años presentan algún grado de desnutrición. Mientras 20% de menores de un año muestran desnutrición severa.

Este problema no está circunscrito únicamente a estas entidades venezolanas “porque es una crisis nacional como ha reportado Cáritas y la misma investigación realizada por la SVPP”, señala la nutrióloga Livia Machado.

Las cifras de Cáritas de Venezuela son igual de desalentadoras. Entre enero y febrero del año en curso, la organización registró que de 787 menores de 5 años de edad, 80 padecen de desnutrición moderada; 94 de desnutrición leve y 205 están en riesgo de padecer este mal debido a su bajo peso.

Machado resalta que “en todos los hospitales del país” llegan constantemente niños en condiciones severas de desnutrición complicados con diarrea y desnutrición severa.

Esta crisis ha traído consigo el regreso de enfermedades asociadas al déficit nutricional que ya se creían erradicadas como la Pelagra o Kwasharkior, mal que se caracteriza por la aparición de manchas en la piel y perturbaciones digestivas y nerviosas, señala Machado.

“También hay un aumento de los niños menores de dos años con desnutrición tipo Marasmo, no asociadas a infecciones o enfermedades crónicas, sino provocado por la falta o irregular ingesta de alimentos”, añade.

Las palabras de la especialista dan luces sobre el por qué hay un incremento de muerte de infantes por desnutrición.

Solo en febrero del año en curso, el OVS y varios diputados a la Asamblea Nacional reportaron el fallecimiento de diez menores a causa de este problema. Seis de ellos perecieron en el hospital Luis Razetti de Anzoátegui, mientras los otros cuatros fueron contabilizados en el estado Bolívar. Ese mismo mes, se conoció sobre la muerte de un niño de seis meses por mala alimentación en Aragua.

Otro lactante de dos meses ingresó sin signos vitales a las instalaciones del Hospital Universitario Dr. Pedro Emilio Carrillo, de Trujillo, en marzo. Mes en el que se supo de la muerte, por las mismas razones, de una bebé de tres meses en el Hospital General “Simón Bolívar” en los Valles del Tuy, Miranda, y de un niño de nueve meses en Monagas.

Pero Caracas también ha llorado la pérdida de niños por culpa de la desnutrición. El diputado José Manuel Olivares denunció la muerte de un bebé de seis meses en el hospital Domingo Luciani. El infante presentó un cuadro severo de desnutrición y deshidratación. Era el segundo en morir en las mismas circunstancias en las instalaciones del mencionado centro de salud.

El parlamentario resaltó que junto al menor ingresaron otros dos que fueron diagnosticados con el mismo mal.

Lo mismo ocurrió el pasado mes de abril. Entonces, fue desde el Hospital Clínico Universitario desde donde se conoció el hecho. Un bebé de apenas dos meses de nacido murió tras un paro respiratorio ocasionado por la mala nutrición. Su peso apenas llegaba a los dos kilogramos.

El propio Ministerio de Salud venezolano parece corroborar estas cifras. El boletín epidemiológico 52 de 2016, publicado a principios del pasado mes de mayo, registró que ese año fallecieron 11.466 menores de un año. Lo que representa un incremento de 30,2% en relación a los mismos datos arrojados en 2015.

Y mientras la tendencia de menores muriendo por desnutrición continúa, nada parece indicar que este 2017 mejorará en este sentido con respecto al año anterior.

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