Tras ser intervenido quirúrgicamente, Miguel Ángel Henríquez, de 34 años, se recupera del impacto recibido en la cara | Foto Cortesía: Fuente familiar

Julio 09, 2017.- El fotógrafo retrata las concentraciones que se encuentra en el camino que lo lleva al centro asistencial donde aún se realiza las curas de su piel

Miguel Ángel Henríquez es fotógrafo independiente y aunque se inclina por captar paisajes, desde que se iniciaron las protestas contra el Gobierno nacional su álbum se llenó de imágenes de las concentraciones opositoras.

“Cada vez que tenía un tiempo libre en el trabajo aprovechaba para hacer una gráfica. Me llamaban la atención los mensajes que las personas plasmaban en los carteles. Eso sí, nunca me metía en la candela”, recordó. Sin embargo, esa cautela no impidió que engrosara la lista de personas heridas, en medio de las protestas que se escenifican en todo el país desde hace 100 días.

El 14 de junio, a eso de las 4:00 de la tarde, Henríquez salía del edificio donde trabaja, en Altamira, cuando se topó con un grupo de funcionarios de la Guardia Nacional (GN) que se desplazaban en moto “y disparaban desde la parte sur de la avenida Francisco de Miranda”. De pronto, una bomba lacrimógena rebotó en un árbol e hizo blanco en la cara de Henríquez.

“Por un momento quedé en shock y fue a los segundos cuando reaccioné. Estaba bañado en sangre y tenía la nariz dormida. Me asistieron en la torre donde trabajo y, luego, el grupo de la Cruz Roja me suturó dentro de una ambulancia”, contó Henríquez, quien es licenciado en computación, egresado de la Universidad Central de Venezuela (UCV).

Al día siguiente, Henríquez fue ingresado a un quirófano en la Policlínica Metropolitana de Caracas, donde le reconstruyeron su nariz. Los gastos los cubrió una empresa de seguros.

“Ya duermo y como mejor; los primeros días fueron duros, porque era complicado respirar, pero, poco a poco, me he ido recuperando”.
El incidente vivido por Henríquez no aplacó sus ganas de seguir fotografiando las marchas. De hecho, aunque aún está de reposo, cada vez que su esposa lo lleva a la clínica para las curas retrata las concentraciones que se encuentra en el camino.

“Esto que me sucedió me dan más ganas de seguir luchando y documentando la historia de Venezuela. Tengo un hijo de 5 años y una familia por quienes luchar y quiero un futuro mejor para todos”.

En opinión de Henríquez, el 95% de las personas que acude a las marchas es pacífico y solo hay un pequeño grupo de resistencia. “Si a los manifestantes les permitieran llegar hasta donde planifican ir, no habría violencia, el problema es que no los dejan marchar”, consideró.

Para Miguel Ángel Henríquez, la Venezuela de hoy tiene mucha similitud con los aforismos que su abuelo, el primer actor venezolano Tomás Henríquez (hoy fallecido), leía al final de cada capítulo de la novela “Por estas calles”, transmitida en 1992, a través de la pantalla de Radio Caracas Televisión (Rctv).

“A 25 años de aquella historia, que reflejaba un mundo en crisis, sus mensajes siguen vigentes”, aseguró.

Un país en turbulencia

Al cumplirse cien días de protestas en Venezuela contra el Gobierno del presidente Nicolás Maduro, la cifra de personas heridas es imprecisa.

Un balance presentado el 4 de mayo por la Fiscal General de la República, Luisa Ortega Díaz, para esa fecha se contabilizaban 717 venezolanos lesionados, mientras que la Defensoría del Pueblo totalizó 1.119.

Un mes después, el diputado opositor José Manuel Olivares declaró que los heridos superaban los 15 mil. Desde esta fecha hasta los primero días de julio, las protestas se mantienen y el número de víctimas continúan en ascenso.

La mayor cantidad de heridos se reporta en Caracas. Durante las concentraciones del 3 de mayo, en la capital hubo al menos 398 heridos, según cifras de Salud Chacao y Salud Miranda. Otra concentración donde la represión dejó graves secuelas, fue la del 29 de mayo. La Mesa de la Unidad Democrática (MUD) aseguró que hubo 247 heridos: 65 con metras, 66 con perdigones, 90 asfixiados, 4 fracturas y 22 golpeados.

De acuerdo con las estadísticas que maneja el director de Salud Baruta, Enrique Montbrun, al centro asistencial ingresaron dos mil personas en los primeros 90 días de protesta.

La candela atrapó a Miguel Ángel Henríquez